Trastorno de Procesamiento Sensorial


El trastorno del procesamiento sensorial (TPS) es una condición neurológica compleja que afectaría las habilidades funcionales de un gran porcentaje de niños. Las personas con TPS malinterpretan la información sensorial, como el tacto, sonido y movimiento, llegando a sentirse abrumados por los estímulos cotidianos, lo que los lleva a tener reacciones impulsivas o a evitar ciertas experiencias. Cuando hay una disfunción de procesamiento sensorial, el cerebro no procesaría ni organizaría el flujo de impulsos sensoriales y como resultado pueden manifestarse además problemas de aprendizaje o de comportamiento. Recientemente la Academia Americana de Pediatría instó a revisar este diagnóstico, buscando la presencia de otro trastorno del desarrollo de base como el autismo, el déficit de atención con hiperactividad, el trastorno del desarrollo de la coordinación o de ansiedad cuando un niño muestra signos de problemas sensoriales.
La Dra. Jean Ayres, pionera de la terapia ocupacional en los Estados Unidos fue la primera especialista en describir un conjunto de conductas atípicas relacionadas con un procesamiento sensorial deficiente más tarde definido como Trastorno del procesamiento sensorial (TPS).
Se trata de un trastorno complejo del cerebro que afecta la manera en que se experimentan las sensaciones (vista, sonidos, tacto, olfato, gusto y movimiento) y su organización dentro del comportamiento.
Para Ayres, este trastorno es comparable a un "atasco" neurológico que impide que ciertas áreas del cerebro reciban la información necesaria para interpretar los estímulos sensoriales correctamente. Una persona con esta condición tiene dificultades para procesar y actuar sobre la información recibida a través de los sentidos, lo que crea dificultades en la realización de un sinnúmero de tareas cotidianas: dificultades motoras, problemas de comportamiento, ansiedad, depresión, fracaso escolar, serían sólo algunos de los impactos que puede provocar este trastorno.
Mientras que la mayoría de las personas tienen dificultades de procesamiento de información sensorial muy ocasionalmente, para los niños y adultos con este trastorno, estos problemas son crónicos y perturban su vida cotidiana.
Los síntomas del TPS se producen dentro de un amplio espectro de gravedad y frecuentemente los signos del desarrollo sensorial incorrecto son sutiles, lo cual se presta para que sean mal interpretados. Muchos de los niños que padecen un TPS suelen ser etiquetados como desobedientes, traviesos, inquietos o malos estudiantes, cuando en realidad lo que determina su comportamiento es algo que los excede. De allí que la detección precoz de esta dolencia sea fundamental para poder prevenir serias derivaciones que afecten los procesos de aprendizaje y puedan obstaculizar o frenar la escolarización.
El TPS puede afectar a un solo sentido, ya sea el tacto o la vista, o involucrar múltiples sentidos. Una persona afectada excesivamente por la esta condición puede encontrar insoportable la sensación que le provoca tocar una prenda, la iluminación de un ambiente o determinados sonidos.
También existen niños que se encuentran afectados por un inadecuado procesamiento sensorial de los mensajes que reciben desde los músculos y las articulaciones, lo cual puede producir un deterioro de la postura y las habilidades motoras, esto muchas veces es confundido con simple torpeza.
Por otra parte, existen manifestaciones del TPS donde podemos ver niños que, en vez de buscar evitar determinadas sensaciones, sienten un gran apetito respecto a algunos estímulos. Estos niños a menudo son diagnostican erróneamente con TDAH.
La mayoría de los niños con Trastorno de procesamiento sensorial son tan inteligentes como sus compañeros de escuela. Simplemente sus cerebros se encuentran conectados de manera diferente. Por lo tanto necesitan que se les enseñe de manera que los contenidos estén adaptados a la forma en que procesan la información, como también necesitan actividades de ocio que se adapten a sus propias necesidades de procesamiento sensorial.
Una vez que los niños con TPS hayan sido correctamente diagnosticados y se beneficien de un programa de tratamiento de terapia ocupacional con Integración Sensorial u otro tipo de abordaje especializado, la calidad de vida puede mejorar notablemente.

Causas, incidencia y rasgos generales
Un estudio llevado a cabo en 2004 (Ahn, Miller, Milberger, McIntosh) reveló que al menos 1 de cada 20 niños se ven afectados diariamente por el por el TPS. Otro estudio, realizado por el Grupo de trabajo científico del Trastorno de procesamiento sensorial (Ben-Sasson, Carter Briggs-Gowen, 2009) sugirió que 1 de cada 6 niños experimenta síntomas sensoriales que pueden ser lo suficientemente importantes como para afectar aspectos de las funciones de la vida cotidiana.
Los especialistas en este trastorno aseguran que, a pesar de la gran incidencia, muchos casos no llegan a alcanzar su diagnóstico debido a que muchos profesionales de la salud no están capacitados para reconocer los problemas sensoriales. Las investigaciones de la Dra. Lucy Miller, terapeuta ocupacional estadounidense, revelaron que si bien TDAH y el TPS son dos diagnósticos distintos, es frecuente que coexistan. En su estudio realizado sobre 2.410 niños previamente diagnosticados con TPS o TDAH, encontró que el 60% de dichos niños padecía en realidad ambos trastornos.
En los Estados Unidos, país donde se ha avanzado notablemente en el estudio de esta dolencia, existen distintas entidades como La Fundación del Trastorno de Procesamiento Sensorial, que se dedican a la investigación de estos temas, la divulgación social y la capacitación de profesionales para el reconocimiento de sus síntomas, el tratamiento y la defensa de las personas que viven con el trastorno de procesamiento sensorial y los problemas sensoriales asociados con otras condiciones.
El Trastorno de procesamiento sensorial es más comúnmente diagnosticado en niños, pero las personas que alcanzan la edad adulta sin tratamiento continúan experimentando los síntomas y siguen siendo afectadas por su incapacidad para interpretar con precisión y de manera apropiada determinados mensajes sensoriales. Estas personas pueden ver seriamente afectadas sus rutinas y actividades laborales, sus relaciones íntimas y su vida social y recreativa, estando expuestas a experimentar depresión, bajo rendimiento, aislamiento social y otros efectos secundarios.
La causa exacta del trastorno de procesamiento sensorial, al igual que las causas del TDAH y de tantos otros trastornos del desarrollo neurológico, no han sido aún identificadas. Sin embargo, los estudios preliminares y las investigaciones sugieren que el TPS es a menudo heredado. A partir de esta teoría se puede suponer que las causas del desorden estén codificadas en el material genético del niño. De todos modos no se ha descartado aún que dichas anomalías puedan estar relacionadas con complicaciones del embarazo o del parto, como también podrían relacionarse con determinados factores ambientales.
Como se mencionó anteriormente, las primeras manifestaciones del TPS pueden observarse en diferentes ámbitos del desarrollo y comenzar a presentarse muy sutilmente: problemas de sueño, trastornos alimenticios, bajo rendimiento escolar, dificultad para relacionarse y problemas de conducta.
En su guía de reconocimiento del TPS, la Lic. Isabelle Beaudry Bellefeuille, presidenta de de la Asociación Española de Integración Sensorial (AEIS) y de la Asociación Profesional de Terapeutas Ocupacionales del Principado de Asturias (España), ofrece una serie de signos que deben ser tenidos en cuenta como anticipatorios de una visita al especialista, entre ellos señala:
-Irritabilidad y llanto sin motivo.
-Rechazo ante ciertos alimentos por sus texturas, sabores u olores.
-Rechazo a ciertos cuidados de higiene, como lavarse la cabeza, la limpieza de los oídos, cortarse el pelo, cepillarse los dientes, cortarse las uñas, etc.
-Mostrar fuertes preferencias o antipatías por ciertas prendas de vestir, le molestan los zapatos, se queja de arrugas en las medias, rechaza el uso de gorros, etc.
-Rechazo a tocar ciertos materiales como la arena, pintar con los dedos o modelar con plastilina.
-Excesiva preferencia por los juegos de dar vueltas, los columpios y los parques de atracciones. El niño no parece marearse nunca.
-O al contrario, el evitar todo tipo de movimiento brusco.
-Rápido cansancio en las actividades físicas.
-Torpeza que sobresale ante otros niños de su edad.
-Baja autoestima y pocas amistades.
Para Beaudry, si se observan 2 o 3 de estos signos, y además el niño presenta dificultades de conducta, atención, aprendizaje o coordinación motora, es aconsejable remitirlo a un terapeuta ocupacional especializado en la detección y evaluación de trastornos sensoriales.
Para una más amplia comprensión, a continuación describiremos las distintas áreas afectadas por el trastorno y los sentidos que más comúnmente sufren de una mayor o menor sensibilidad a determinados estímulos.
Dificultades relacionadas con el tacto: Las evaluaciones por parte de terapeutas ocupacionales especializados en integración sensorial revelan que muchos niños diagnosticados con trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) son hipersensibles al tacto. Las distintas maneras en cómo un niño responde ante el tacto puede proporcionar claros indicios sobre el estado de su integración sensorial. Es común ver que niños afectados por este trastorno rehúyan del contacto físico, llegando incluso a reaccionar violentamente como si se tratase de una agresión. También puede suceder que busquen una mayor estimulación táctil, revolcándose, provocando juegos de contacto brusco o manifestando cierta insensibilidad ante los golpes. En este caso nos encontraremos frente a un niño hipo-responsivo al tacto, donde el contacto puede funcionar como un tranquilizante, y por eso los veremos tocándose repetidas veces el pelo, las orejas o los labios. También se podrá percibir cierta torpeza en las actividades que impliquen el desempeño de la motricidad fina.
Esta hipersensibilidad puede ser confundida con un carácter arisco, antipático o agresivo, cuando en realidad se trata de reacciones ante una sensación que se experimenta con mucho desagrado. “El niño con hipersensibilidad táctil se encuentra frecuentemente en un estado de alerta elevado, lo cual es absolutamente incompatible con la concentración y el aprendizaje”, afirma Beaudry.
Dificultades motoras y torpeza: Es frecuente que un niño que es hipo-responsivo al tacto también sea hipo-responsivo al estímulo propioceptivo, es decir a percibir los movimientos de las articulaciones y de todo el cuerpo, su posición, sus partes, la velocidad y la dirección del movimiento y la fuerza generada por los músculos. Este aspecto puede desencadenar toda una serie de problemas con las habilidades motoras y otras habilidades necesarias para el éxito escolar y los logros de la infancia, lo cual puede derivar en aislamiento social y baja autoestima.
En muchos casos, este trastorno específico puede estar ligado a un mal desempeño del sistema vestibular. Como describe la especialista Isabelle Beaudry, “algunos niños son hipersensibles al estímulo vestibular y reaccionan de manera exagerada al movimiento y a cualquier desplazamiento de su eje corporal fuera de la verticalidad. Estos niños son excesivamente cautos y frecuentemente llamará la atención su falta de exploración del ambiente. La dificultad para regular el nivel de actividad y los problemas para mantener la atención son frecuentes en los niños que son hiporresponsivos al estímulo vestibular”. El órgano receptor del sistema vestibular se sitúa en el oído interno y posee extensas conexiones con muchas áreas del Sistema Nervioso Central, desempeñando un importante rol en la conciencia subjetiva de la posición del cuerpo y del movimiento, en el tono postural, el equilibrio y en la estabilización de los ojos durante los movimientos de la cabeza.
Puede suceder que los niños con esta condición tengan la necesidad de estimular su sistema vestibular a través de movimientos y juegos que impliquen la acción de mecerse o buscar cierto vértigo, e incluso puede que lleguen a la autoagresión. Estas reacciones pueden interferir con su capacidad para mantener la atención y permanecer quietos ante los requerimientos escolares. Estas conductas muchas veces se han confundido con señales propias del autismo.
Dificultades relacionadas con la audición: Al igual que en las descripciones anteriores, podemos encontrarnos con niños que manifiesten comportamientos oscilantes o contradictorios. Puede que los niños afectados en el sentido de la audición se quejen ante pequeños ruidos y por otra parte les divierta mucho experimentar la sensación que les producen sonidos estruendosos.
También puede suceder que el niño tenga dificultades para reconocer las diferencias sutiles entre los sonidos y las palabras. En estos casos la neuropatía auditiva y el trastorno de procesamiento auditivo pueden solaparse o presentar síntomas muy similares. En tal caso es posible que se presenten síntomas como dificultades para prestar atención y recordar exposiciones orales, problemas para llevar a cabo instrucciones de varios pasos, capacidad de escucha insuficiente, necesidad de más tiempo para procesar la información, bajo rendimiento académico y dificultad para el lenguaje (lectura, comprensión, ortografía y vocabulario).
Dificultades relacionadas con el gusto y el olfato: Ambos son sentidos considerados comúnmente como menores, pero cuando sufren algún tipo de trastorno o deterioro pueden afectar la calidad de vida en distintos aspectos.
Muchos niños con dificultades en estas áreas pueden ser etiquetados como caprichosos, exagerados o maniáticos respecto a sus inquietudes a la hora de comer o ante determinados olores. Pero esta actitud no debe ser subestimada ya que el sentido olfativo ayuda a los niños a aprender, les advierte de los peligros y se encuentra muy ligado a los archivos de los recuerdos emocionales. La hipersensibilidad olfativa puede convertirse en un serio problema cuando interfiere con el aprendizaje, generando una actitud defensiva que llega a distraer la atención del niño. Del mismo modo, la hiposensibilidad puede conducir a comportamientos vergonzosos o inapropiados.
Dificultades relacionadas con la vista: Se encuentran relacionadas con deficiencias en la información que llega desde los ojos, aun cuando estos órganos están en condiciones físicas perfectas.
Este desorden puede manifestarse con problemas para distinguir entre formas y letras impresas, o para distinguir los objetos en primer plano de los que se encuentran en el fondo. Un niño evidencia estos síntomas al entrecerrar continuamente los ojos o mirar hacia abajo, evitando el contacto visual, frotándose los ojos periódicamente, permaneciendo como hipnotizado ante determinados colores o luces, modificando su comportamiento bajo luces brillantes o la luz solar, con sensibilidad a la luz, o presentando dificultades para subir las escaleras o escaleras mecánicas.
A estas reacciones puede unirse la dificultad para aprender a leer o escribir, aunque se pueda notar que, fuera de las tareas que implican el trabajo en el cuaderno o el pizarrón, son buenos alumnos.
Tal como advertimos el TPS puede influir en un amplio espectro de actividades y circunstancias de la vida cotidiana, de allí la importancia de dar pronto con el diagnóstico adecuado. “La detección precoz de un TPS resulta primordial para prevenir repercusiones en la autorregulación, en el aprendizaje, en la autoestima y en las relaciones sociales. A veces los síntomas se logran detectar tempranamente, durante la época de la lactancia. Cuando un bebé llora excesivamente, es irritable y tiene problemas con la alimentación o con la regulación del sueño, es posible que sea debido a un TPS. Otras veces será más fácil detectar los problemas entre los 2 y 4 años, cuando observemos una dificultad en el aprendizaje de actividades tales como vestirse, pedalear un triciclo, trepar en los módulos de juego de los parques o manipular objetos pequeños. Si los sutiles síntomas de un TPS no han sido detectados en edades tempranas, es probable que se observe que existe un problema una vez iniciada la educación primaria, cuando el niño manifieste dificultades con la lectura, las matemáticas y la escritura o con la conducta y la regulación del nivel de actividad”, advierte Beaudry.

Cuestionamientos, abordajes y calidad de vida
Recientemente, un grupo de médicos pertenecientes a la Academia Americana de Pediatría (Estados Unidos) cuestionaron el diagnóstico de Trastorno del procesamiento sensorial y el valor de la llamada “terapia de integración sensorial”.
En una declaración publicada en la revista Pediatrics, estos referentes en pediatría manifestaron que se debe buscar la presencia de otro trastorno del desarrollo como el autismo, el déficit de atención con hiperactividad, el trastorno de la coordinación del desarrollo o el trastorno de ansiedad como cuadro base cuando un niño muestra signos de problemas sensoriales.
“Debido a que no existe un marco universalmente aceptado para el diagnóstico, el desorden de procesamiento sensorial en general no debería ser diagnosticado", afirmaron, al tiempo que también dejaron deslizar sus dudas respecto a si las técnicas empleadas por los terapeutas ocupacionales pueden ser beneficiosas para los niños con autismo y otros trastornos del desarrollo y del comportamiento. Si bien la Academia Americana de Pediatría no fue tan lejos como para posicionarse en contra de estas terapias, advirtieron a padres y médicos para que monitoreen cuidadosamente el progreso de los niños que utilizan la terapia de integración sensorial, ya que la eficacia de la terapia sería "limitada y no concluyente”.
En la vereda opuesta, los especialistas de los centros y asociaciones que trabajan con estos desórdenes siguen encontrando en la terapia ocupacional y la integración sensorial las herramientas más fuertes para diagnosticar y tratar esta problemática.
Estos abordajes también involucran a la familia en cuanto a la planificación de actividades que tenderán a corregir y estabilizar los desórdenes sensoriales.
En primer lugar, se pide a los padres y al entorno en general que intente ponerse en el lugar del niño afectado, a fin de evitar cualquier tipo de etiqueta que dañe su autoestima.
El terapista ocupacional realiza una evaluación utilizando una prueba estandarizada, observaciones clínicas y entrevistas a los padres y luego sugiere las recomendaciones sobre el tratamiento personalizado apropiado. Dependiendo de cada caso, se irán sumando estrategias para lograr que el sistema nervioso se equilibre, madure e integre correctamente la información sensorial recibida. Estas pautas, conocidas como “dieta sensorial”, se irán trabajando desde distintos ejercicios que estimulan adecuadamente los sentidos hasta lograr que el niño pueda reconocer y fijar un balance. Generalmente, el tratamiento se lleva a cabo en un entorno equipado con equipo especializado, llamado “gimnasio sensorial”.
Como complemento dentro de las terapias ocupacionales, muchos especialistas han incorporado además la técnica del cepillo de Wilbarger, un protocolo de masajes creado por la terapista ocupacional Patricia Wilbarger y que consiste en un cepillado de ciertas partes del cuerpo, como brazos, piernas, espalda que se suma a la compresión de las articulaciones. El objetivo es mantener la calma en el individuo y ayudarlo a conservarse en la zona óptima de modulación sensorial: calma y alerta, pero no sobre-excitación.
También existen tratamientos mixtos, donde médicos, psicomotricistas, fisioterapeutas y logopedas pueden trabajar en equipos interdisciplinarios.
Si el abordaje es efectivo, el niño comenzará de a poco a procesar la información sensorial del medio ambiente en forma más apropiada, mejorando el rendimiento en sus rutinas cotidianas, aumentando la autoestima, la seguridad emocional, autorregulándose, perfeccionando sus habilidades motrices y de lenguaje. Logros que repercutirán positivamente en su desempeño social y académico.
En nuestra sociedad el TPS todavía no es muy difundido y debatido, con lo cual las chances de dar con un diagnóstico adecuado se hacen muy complejas, sobre todo si tenemos en cuenta la amplia variedad síntomas que el trastorno comparte con otras dolencias tan movilizantes y de alta y creciente incidencia como son el autismo y el TDAH.
Por este motivo es muy importante que ante la menor duda respecto a los comportamientos de los niños, los padres y los docentes puedan contactarse con asociaciones y profesionales especializados en este desorden y alcancen a comprender profundamente la naturaleza del mismo. Esto, a su vez, les traerá una mayor tranquilidad y les permitirá transitar el tratamiento con mejor disposición.

FUENTE: EL CISNE (  http://www.elcisne.org/ampliada.php?id=2535 )
Luis Eduardo Martínez
martinez_luiseduardo@yahoo.com.ar

Fuentes:
- http://www.spdfoundation.net
- Procesamiento Sensorial Deficiente, I. Beaundry/ Boletín de la Sociedad de Pediatría de Asturias, Cantabria, Castilla y León.
- www.sinetwork.org
- A Parent’s Guide to Understanding Sensory Integration, realizada en 1991 por la Sensory Integration Internacional, Torrance, EEUU. Traducción al castellano realizada por la terapeuta ocupacional María Pérez-Aradros Postigo; La Rioja, Febrero 2006.
- Rosina Uriarte Álvarez/ Integración sensorial, ¿cómo convivir con la distorsión?, Revista Chavalucos (primavera 2007)
- Beaudry, I. (2006). Un trastorno en el procesamiento sensorial es frecuentemente la causa de problemas de aprendizaje, conducta y coordinación motriz en niños. Boletín de Pediatría de la Sociedad de Pediatría de Asturias, Cantabria y Castilla y León, nº 197, 200-203.
- www.ibeaudry.com/


 

Curso Madrid 2013


Principios básicos de Neurodesarrollo para el abordaje de bebés y niños
con lesión neurológica.

Fechas de realización:15-17 Marzo de 2013
Lugar de realización:C/ Grañón, 12 (entrada por calle Vitoria de Rioja) - MADRID - 28050 Metro: Las Tablas (L1)
Distribución de contenidos:Desarrollo normal del niño de 0-12 meses. Desarrollo atípico (Espasticidad, atetosis, ataxia, hipotonía y desarrollode la función manual). Evaluación y principios de tratamiento
Dictado por: Natacha Duks y Ana Inés Teranzani
 
Para más información :http://www.terapiayestimulacioninfantil.com/pdf/Curso_PBN1.pdf

La Integración visomotriz y su importancia en el aprendizaje

Lic. Pedro Sánchez V.


¿Qué es la Integración Visomotriz?
La Integración visomotriz se refiere a la capacidad de coordinar la visión con los movimientos del cuerpo. La vision está involucrada en casi todos nuestros movimientos sean de motricidad gruesa o fina. Bajo esta premisa, y para fines de éste artículo, nos referiremos solamente a la coordinación entre los ojos y las manos para realizar diversas tareas de lápiz y papel, como las de escritura y dibujo. Muchos especialistas se refieren a estas habilidades como "grafomotricidad".

Cuando a los niños se les pide que dibujen varias formas, pueden presentar dificultades a diferentes niveles. Algunos niños no tendrán dificultades a nivel de percepción visual y tienen la capacidad de percibir los diseños, pero pueden fallar en dibujar las formas con precisión. Estos niños "pierden detalles". Pueden visualmente percibir los detalles del dibujo, pero debido a otros factores, como déficit de su atención por ejemplo, olvidan muchos detalles en la producción gráfica. Es el tipo de niño que dibuja, ve su trabajo y dice "Si se parece". Con práctica y motivación (ya sea dibujando cosas divertidas), estos niños pueden lograr valorar la atención a los detalles y luego incorporar los que puedan faltarle. Por otro lado, otros niños tienen dificultad con el aspecto motriz del dibujo. Para estos niños, mover la mano de un lado del cuerpo hacia el otro, cruzando la línea media del cuerpo, puede ser agotador. Esto hace que el dibujo se vea "roto", ya que comenzará a dibujar en un lado y cuando se acerque a la línea media del papel, va a levantar el lápiz y empezar a dibujar desde el otro lado por separado. No hay una fluidéz del trazo de un lado al otro. Puede girar el papel o inclusive recostarse sobre un lado de la hoja sobre la mesa e ir "armando su dibujo". Puede escribir letras invertidas o no tener una adecuada direccionalidad.

Otros niños sí pueden tener dificultades en la percepción visual del dibujo, de tal forma que fallen en la orientación y posición del dibujo o letra a realizar. Les puede costar también encontrar las diferencias o discriminar que es figura y qué el fondo. Entonces preguntan constantemente a la profesora o se "copian" de cómo lo hace el amigo (inclusive usando los mismos colores, en el caso de un dibujo).





También están los niños que tienen dificultades en la percepción visual y motricidad. Esto hace que dibujar no les agrade (o puede hacerse "el gracioso" para disimular su dificultad). Para estos niños, la integración de las habilidades de percepción visual con un componente motor puede resultar muy difícil y agotador. Muchas veces no se sienten satisfechos con su producción, corrigiéndo su trabajo contínuamente, o evitando este tipo de tareas, por la baja posibilidad de éxito y alta posibilidad de frustración.

Todos estos niños pueden mostrar signos de dificultad visomotriz en su aprendizaje académico. Puede ser mas evidente en la escritura. Completar los dictados de forma precisa puede tomarle mas tiempo y exigirle mas atención que a sus pares. Puede tener problemas al alinear los números para completar problemas de matemáticas. Toda tarea de lápiz y papel requerirá un mayor esfuerzo global (motriz, viso preceptual, atencional, disposición, motivación, etc.) para estos niños. Y sumemos el componente vestíbular y propioceptivo. Copiar de la pizarra, mantener una buena postura para una mejor visión, y una buena toma del lápiz son habilidades básicas en las cuales muchos niños también pueden fallar. Y si sumamos que éste tipo de tareas son diarias, ya conocemos porqué muchas veces el niño no quiere hacer tareas.

Si se sospecha que un niño está teniendo dificultades con sus habilidades de integración visomotriz, consultar con un terapeuta ocupacional. El terapeuta evaluará los aspectos visoperceptuales requeridos para la edad del niño, relacionados con el aprendizaje. Es importante conocer la naturaleza y el nivel en el cual se encuentra el niño respecto a su edad. Entonces el niño puede ser derivado a una Terapia Ocupacional o Terapia de Aprendizaje.

Ayudas en casa
No hay nada mas beneficioso a nivel de integración vimotriz que las actividad lúdicas con cierto grado de exigencia. Así, el trepar una soga, lanzar pelotas en un cesto con ambas manos (y a diferentes distancias), así como el uso constante de la bicicleta (por diferentes rutas) son una plataforma sobre la cual se pueden trabajar áreas mas específicas.

Las Habilidades de Integración Visomotriz pueden ser estimuladas pidiendole que realice dibujos (quizas de sus temas favoritos) o que realice en una lámina una búsqueda visual de un objeto específico.

Tambien podemos darle dibujos incompletos, diferencias, que busque el diferente, absurdos visuales, o que pueda vestirse o desvestirse solo, clasificando y guardando la ropa por tipo, zapatos y si esta limpio o sucio. No olvidemos que si las actividades escritas le son muy difíciles y se muestra resistente, podemos dar mas énfasis a las actividades con material concreto y de la vida cotidiana.

Buscar productos en el supermercado, tener un lugar donde guardar los juguetes (e indicadores visuales como etiquetas o letreros) y hacer "horarios visuales" (si es muy pequeño lo acompañamos con dibujos) son otras ideas que ayuden en el desarrollo visoperceptual. Usar ambos brazos, tanto en actividades de fuerza (colgarse, trepar, trasladar objetos pesados, etc), como en tareas manipulativas, brinda el componente motor tambien necesario para lograr el equilibrio "visomotriz"

Sugerencias de Temple Grandin para enseñar a niños y adultos con autismo.

 

El siguiente artículo está escrito por una profesora que superó sus problemas de desarrollo. Aunque cada niño es distinto también es cierto que se dan regularidades en los trastornos del espectro autista.
Buenos maestros me ayudaron a obtener el éxito. Me fue posible sobreponerme al autismo debido a que tuve buenos maestros. Al a edad de 2 ½ me ingresaron en una escuela de pre-primaria estructurada con maestros experimentados. Desde temprana edad me enseñaron a tener buenos modales y a comportarme en la mesa. Niños con autismo necesitan tener días estructurados, y maestros que sepan cómo ser firmes pero suaves.
Entre las edades de 2 ¼ y 5 mi día era estructurado, y no se me permitía bloquearme. Tenía 45 minutos de terapia del habla , exclusivamente para mí sólo, cinco días por semana, y mi madre contrató a una niñera quien pasaba de tres a cuatro horas por día jugando juegos conmigo y mi hermana.
Ella nos enseñó a “tomar turnos” durante las actividades de juegos. Cuando hicimos un mono de nieve, ella me hizo rodar la bola abajo; y entonces mi hermana tenía que hacer la siguiente parte. A la hora de las comidas, todos comíamos juntos; no se me permitía hacer berrinches. El único tiempo en que se me permitía volver a mi comportamiento autístico era durante un período de descanso de una hora después de la comida. La combinación de la escuela pre-primaria, la terapia del habla, actividades de juegos, y comidas de “señorita modales” sumaban 40 horas a la semana, durante las cuales mi cerebro se mantenía conectado con el mundo.
Muchas personas con autismo son pensadores visuales. Yo pienso en fotos. No pienso en lenguaje. Todos mis pensamientos son como videocintas mostrándose en mi imaginación. Las fotos son mi primer lenguaje, y las palabras son mi segundo lenguaje. Los Nombres eran las palabras mas fáciles de aprender porque podía formar una foto de la palabra en mi mente. Para aprender palabras como “arriba” y “abajo”, la maestra debe demostrarlas al niño. Por ejemplo, tomar un aeroplano de juguete y decir “arriba” o “abajo” al hacer despegar el avión desde el escritorio. Algunos niños aprenden mejor si las tarjetas con las palabras “arriba” y “abajo” se anexan al aeroplano de juguete. La tarjeta de “arriba” se anexa cuando el avión despega. La tarjeta “abajo” se anexa cuando aterriza.
Eviten instrucciones verbales largas. La gente con autismo tiene problemas al recordar la secuencia. Si el niño puede leer, escriban las instrucciones en un pedazo de papel. No puedo recordar secuencias. Si pido indicaciones (de como llegar a algún lugar) en una gasolinera, solo puedo recordar tres pasos. Indicaciones con más de tres pasos tienen que ser escritas. También tengo dificultad recordando números telefónicos porque no puedo formar una imagen de ellos en mi mente.
Muchos niños con autismo son buenos al dibujar, arte y programación de computadoras. Estas áreas de talento deben ser animadas. Pienso que debe haber mucho mas énfasis al desarrollar los talentos del niño. Los talentos pueden ser convertidos en habilidades las cuales pueden usarse para empleos en el futuro.
Muchos niños con autismo se aferran a un tópico como trenes o mapas. La mejor manera de manejar las aferraciones es el usarlas para motivar el trabajo escolar. Si al niño le gustan los trenes, entonces usen trenes para enseñarles a leer y matemáticas. Lean un libro acerca de un tren y hagan problemas de matemáticas con trenes. Por ejemplo, calculen qué tanto le toma a un tren el ir desde Nueva York y Washington.
Usen métodos visuales concretos para enseñar conceptos de números. Mis padres me dieron un juguete de matemáticas que me ayudó a aprender los números. Consistía de un juego de bloques que tenían diferente longitud y un diferente color para los números del uno al diez. Con esto aprendí como sumar y restar. Para aprender fracciones mi maestro tenía una manzana de madera que estaba cortada en cuatro pedazos y una pera de madera que estaba cortada por mitad. De esto aprendí el concepto de cuartos y mitades.
6.) Yo tenía la peor letra de mano en mi clase. Muchos niños con autismo tienen problemas con el control motor de sus manos. El escribir bien a mano es a veces muy difícil. Esto puede frustrar al niño totalmente. Para reducir la frustración y ayudar al niño a disfrutar la escritura, déjenlo escribir en la computadora. El escribir a máquina es frecuentemente mas fácil.
Algunos niños con autismo aprenden a leer mas fácil con los fonemas, y otros lo hacen mejor al memorizar palabras completas. Yo aprendí con fonemas. Mi madre me enseñó las reglas de los fonemas y entonces me hacía hacer los sonidos de mis palabras. Niños con mucha ecolalia aprenden mejor frecuentemente si las tarjetas ilustradas y libros con dibujos se usan para que las palabras completas estén asociadas con fotos. Es importante tener la foto y la palabra impresa en el mismo lado de la tarjeta. Cuando se enseñan nombres el niño debe escucharle pronunciar la palabra y ver la foto y palabra impresa simultáneamente. Un ejemplo de enseñar un verbo sería el sostener una tarjeta que diga “saltar”, y usted salta y dice “saltar.”
8.) Cuando era niña, los sonidos fuertes como la campana de la escuela herían mis oídos como el taladro de un dentista pegándole a un nervio. Los niños con autismo necesitan protegerse de sonidos que hieren sus oídos. Los sonidos que causan mayores problemas son campanas de la escuela, sistemas de anuncios públicos, timbres en el pizarrón donde se muestra quien va ganando y el gimnasio, y el sonido de sillas rechinando en el piso. En muchos casos el niño puede tolerar la campana o el timbre si se le aminora un poco con papel del baño o con cinta adhesiva gruesa. Las sillas rechinando se pueden silenciar al poner pelotas de tenis rebanadas en las terminaciones de las patas o instalando alfombra. Un niño le puede tener miedo de cierto cuarto porque tiene miedo de que repentinamente se verá sujeto a un micrófono rechinante alimentado del sistema de anuncios públicos. El miedo de un sonido al que se teme puede ocasionar mal comportamiento. Si una niña cubre sus oídos, es una indicación de que cierto sonido hiere a sus oídos. Algunas veces la sensitividad a un sonido particular, tal y como una alarma de incendios. Puede desensibilizarse al grabar el sonido en una grabadora. Esto le permitirá al niño iniciar el sonido y gradualmente incrementar su volumen. El niño debe tener el control del sonido al volverse a reproducir.
Algunas personas con autismo son molestadas por las distracciones visuales y luces fluorescentes. Pueden ver el parpadeo de 60-ciclos de la electricidad. Para evitar este problema, coloquen el escritorio del niño cerca de la ventana o traten de evitar el usar luces fluorescentes. Si las luces no pueden ser evitadas, usen los focos mas nuevos que puedan obtener. Los focos nuevos parpadean menos. El parpadeo o luces fluorescentes también pueden ser reducidas al poner una lámpara con un foco incandescente a la antigua en seguida del escritorio del niño.
Algunos niños hiperactivos quienes no se pueden estar quietos todo el tiempo frecuentemente se calman si se les da un chaleco acolchonado pesado para que lo usen. Presión de la ropa les ayuda a calmar su sistema nervioso. Yo me calmaba grandemente con la presión. Para mejores resultados, el chaleco debe usarse durante veinte minutos y quitarse por unos cuantos minutos. Esto previene que su sistema nervioso se adapte al chaleco.
Algunos individuos con autismo responden mejor y hacen mejor contacto visual y mejor habla si el maestro interactúa con ellos mientras que se están paseando en un columpio o enrollados en un tapete. La información sensorial recibida del columpiarse o presión del tapete algunas veces les ayuda a mejorar su habla. Columpiarse siempre debe hacerse como un juego divertido. NUNCA debe ser forzado.
Algunos niños y adultos cantan mejor de lo que hablan. Pueden responder mejor si las palabras y oraciones se les cantan. Algunos niños con sensitividad extrema a sonidos responderán mejor si el maestro les habla en un suspiro bajo. (como en secreto).
Algunos niños y adultos no verbales no pueden procesar informacion recibida visual y auditiva al mismo tiempo. Ellos son mono-canalizadores. No pueden ver y oír al mismo tiempo. No se les debe pedir a ellos que miren y escuchen al mismo tiempo. Se les debe dar un trabajo ya sea visual o auditivo a la vez. Su sistema nervioso inmaduro no puede procesar información recibida visual y auditiva simultáneamente.
En niños y adultos no verbales el tacto es frecuentemente su sentido mas confiable. Frecuentemente es mas fácil para ellos el sentir. Las letras se les pueden enseñar al permitirles sentir letras de plástico. Pueden aprender su horario diario al sentir los objetos un poco antes de una actividad programada. Por ejemplo, quince minutos antes de la comida, darle a la persona una cuchara para que la tiente. Dejarles sostener un carro de juguete unos minutos antes de subirse al carro.
Algunos niños y adultos con autismo aprenderán mas fácil si el teclado de la computadora se pone cerca de la pantalla. Esto le permite al individuo ver el teclado y la pantalla simultáneamente. Algunos individuos tienen dificultad al recordar si tienen que levantar su vista después de tocar una tecla en el teclado.
Niños no verbales y adultos encontrarán mas fácil el asociar palabras con fotos si las ven la palabra impresa y una imagen en una tarjeta. Algunos individuos no entienden dibujos lineales, así que es mejor el trabajar con objetos reales y fotos primero. La foto y la palabra deben estar en el mismo lado de la tarjeta.
Algunos individuos con autismo no saben que el habla se usa para comunicarse. El aprender lenguaje se puede facilitar si ejercicios de lenguaje promueven la comunicación. Si el niño pide una taza, entonces denle un plato. Si el niño pide un plato, cuando quiere una taza, denle un plato. El individuo necesita aprender que cuando dice las palabras, cosas concretas pasan. Es mas fácil para un individuo con autismo el aprender que sus palabras están equivocadas si la palabra equivocada resulta en el objeto incorrecto.
Muchos individuos con autismo tienen dificultad usando el ratón de una computadora. Prueben un artículo para apuntar como una pelota rodante (o pelota localizadora) que tiene un botón separado para hacer clic. Las personas con autismo con problemas de control motores en sus mandos encuentran que es muy difícil el sostener el ratón y al mismo tiempo hacer clic.
A niños que tienen dificultad comprendiendo el habla se les dificulta el diferenciar entre los sonidos fuertes de consonantes tales como ‘D’ en dog y (como en dedo) y ‘L’ en log (como en lobo). Mi maestra de habla me ayudó a aprender a escuchar estos sonidos al estirarlo y enunciar los sonidos duros de consonantes. Aún cuando el niño puede haber pasado una prueba pura del oído, puede tener dificultad escuchando consonantes duras. Niños quienes hablan sonidos de vocales no están oyendo las consonantes.
Algunos padres me han informado que el usar subtítulos en la televisión les ayudó a su hijo a aprender a leer. Al niño le fue posible leer los subtítulos y hacer juego de lo impreso con las palabras habladas. El grabar un programa favorito con subtítulos en una videocinta sería útil porque la videocinta puede pasarse una y otra vez y pararse.
Algunos individuos con autismo no comprenden que el ratón de la computadora mueve la flecha en la pantalla. Ellos pueden aprender mas fácil si una flecha de papel que se ve EXACTAMENTE como la flecha de la pantalla se pega con cinta al ratón.
Niños y adultos con problemas de procesamientos visuales pueden ver el parpadeo en las computadores que tienen monitores tipo TV. Ellos pueden ver mejor algunas veces con laptops (computadoras pequeñas portátiles y paneles planos que tienen menos parpadeo.
Niños y adultos quienes le tienen miedo a las escaleras frecuentemente tienen problemas de procesamiento visuales. A ellos les da miedo la escalera porque no pueden determinar cuando subirse o bajarse. Esos individuos pueden también no poder tolerar las luces fluorescentes. Anteojos de color o “Irlen” pueden ayudarles.
Individuos con problemas de procesamiento visual frecuentemente encuentran mas fácil el leer si las letras impresas negras se imprimen en papel de color para reducir el contraste. Prueben papel de colores bronceado o marrón claro, azul bajito, gris, o verde claro. Experimenten con diferentes colores. Eviten el amarillo brillante—puede herir los ojos del individuo. Los lentes de color llamados Irlen pueden también facilitar la lectura.
El enseñar la generalización es frecuentemente un problema para niños con autismo. El enseñarle a un niño con autismo a generalizar el principio de no correr cruzando la calle, debe de enseñársele en muchos diferentes lugares. Si se le enseña en un solo lugar, el niño pensará que la regla sólo se aplica para un lugar específico.
Un problema común es que un niño puede usar el baño correctamente en su hogar pero rehusa usarlo en la escuela. Esto puede deberse a una fallo en reconocer el sanitario. Hilde de Clereq de Bélgica descubrió que un niño con autismo puede usar un pequeño detalle no relevante para reconocer un objeto tal y como el baño. Es un trabajo de detective determinar cuál es el detalle. En un caso un niño sólo podía usar el excusado en su hogar que tenía un asiento negro. Sus padres y maestro pudieron hacerlo que usara el excusado en la escuela cubriendo el asiento blanco con cinta adhesiva negra. La cinta fue gradualmente removida y los excusados con asientos blancos ahora son reconocidos como excusados.
Las secuencias son muy difíciles para los individuos con autismo severo. Algunas veces no comprenden cuando el trabajo que se les presenta tiene una serie de pasos. Un terapeuta ocupacional le enseñó con éxito a un niño con autismo no-verbal el usar un resbaladero en un patio de recreo al caminar con él subiendo la escalera y resbalándose hacia abajo con él. Debe de enseñarse por el tacto y lo motor y no visualmente. El ponerse zapatos también se puede enseñar de esta manera. El maestro debe poner las manos arriba de las manos del niño y mover las manos del niño sobre su pie de manera que sienta y comprenda la forma de su pie. El siguiente paso es sentir la parte de afuera de un zapato que se deslice sobre el pie. Para ponerse el zapato, el maestro guía las manos del niño hacia el zapato y, usando el método de mano-sobre-mano, desliza el zapato hacia el pie del niño. Esto le permite al niño el sentir todo el proceso de ponerse su zapato.
Niños melindrosos para comer son un problema común. En algunos casos el niño puede estar enfocado en un detalle que identifica a cierto tipo de alimento. Hilde de Clerq encontró que un niño solo comía plátanos marca Chiquita porque se estaba enfocando en las etiquetas. Otras frutas como manzanas y naranjas fueron aceptadas cuando las etiquetas Chiquita fueron puestas en ellas. Pruebe el poner diferentes pero similares tipos de comida en la caja de cereal u otro tipo de paquete de una comida favorita. Otra madre tuvo éxito al poner hamburguesa hecha en casa con un pan sin trigo en un paquete de McDonald.
Diciembre 2002
Temple Grandin, Ph.D.
Profesora Asistente
Universidad del Estado de Colorado
Fort Collins, CO 80523, E.U.A.(Revision: Diciembre 2002)


Publicado por Autismo Diario el 16 febrero, 2007.
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