Sistema Vestibular: El sentido del Movimiento

Es el sentido del propio movimiento que procesa la información acerca de la fuerza de gravedad y movimiento en estrecha asociación a los sistemas propioceptivo y visual.


¿Cómo funciona?

El sistema Vestibular se encuentra en el oído. Detecta el movimiento por medio de dos tipos de receptores diferentes:

A. Aparato otolítico (Formado por el Utrículo y el Sáculo):
 Responsables de las funciones estáticas
 Detectan la posición de la cabeza y el cuerpo en el espacio
 Controlan la postura
 Registran los movimientos lineales-verticales

Los activamos cuando por ejemplo jugamos en el  tobogan, sube-baja y cuando rebotamos en una pelota

B. Canales semi-circulares
    Detectan cambio en la dirección de la velocidad de la aceleración y desaceleración angular (tridimensional). 
     En su interior encontramos endolinfa y células ciliadas que se mueven en relación al movimiento de la cabeza lo cual transmite impulsos hasta una parte específica del cerebro.

      Los activamos cuando por ejemplo jugamos en la calesita o la  hamaca.




Cualquier posición o movimiento de la cabeza dará como resultado la estimulación de alguna combinación de células ciliadas receptoras vestibulares. Los canales y los órganos otolíticos trabajan conjuntamente para una percepción adecuada de la posición y el movimiento de sí mismo en el espacio, proporcionan un punto de referencia para la ubicación de sí mismo en relación al mundo físico.


¿En qué mecanismos interviene el Sistema Vestibular?
  • Control postural.
  • Habilidad de asumir diferentes posiciones contra gravedad.
  • Tono muscular. 
  • Coordinación motora bilateral: Uso coordinado de ambos lados del cuerpo.
  • Control óculo-motor: Movimientos compensatorios de ojos para estabilizar el campo visual.
  • Habilidad para proyectar secuencias propias de acciones en el espacio y tiempo.
  • Ajuste de la posición de la cabeza en respuesta al movimiento y la gravedad.
  • Nivel de alerta
  • Desarrollo del lenguaje
  • Seguridad gravitacional
Hay niños que tienen problemas en el procesamiento del movimiento. Esos niños pueden presentar un registro más bajo o por el contrario, más alto de lo normal. Pero eso lo dejamos para el próximo post! Continuará....

¿Donde trabajamos?

El consultorio de integración sensorial es un espacio muy especial: allí encontramos diferentes tipos de hamacas, pelotas de distintos tamaños, sogas, escaleras, rampas, peloteros, trampolines. Es a través de este equipamiento que la terapista ocupacional va buscando diferentes respuestas adaptativas en los niños. Depende de las posibilidades de cada terapeuta la variedad de equipos que posea. Sin embargo básicamente para ser un consultorio de integración sensorial el mismo debería tener suficientes equipos para trabajar sobre los tres principales sistemas: Vestibular, propioceptivo y táctil. Es por esto que encontramos equipos de suspensión (hamacas cuadradas, redondas, cilíndricas) equipos de piso (rampas, tablas de equilibrio, patinetas, pelotas) y diferentes juegos para la exploración táctil.


Son muy importantes las condiciones de seguridad del ambiente, por eso muchas veces vemos pisos acolchados, grandes almohadones y colchonetas en el piso. Eso nos ayuda a prevenir que el niño se lastime. Las hamacas suelen tener también sus sistemas de seguridad propios.
Los equipos que encontramos en el consultorio, no son elegidos al azar. La Terapista oucpacional entrenada sabe muy bien que tipo de información brinda cada equipamiento y lo adapta a diferentes juegos según las necesidades senoriales de cada niño. Incluso muchos de estos equipos fueron desarrollados por la misma Dra Jean Ayres, madre de la integración sensorial.


Generalmente las terapistas pedimos a las familias que incorporen en su hogar algunos de estos equipamientos para brindar a diario en el niño los estímulos necesarios para mantenerse regulado. Muchas veces son las mismas familias quienes construyen para su casa el equipamiento. También se puedan comprar. Para quien esté interesado, entre los sitios de interés encontrarán páginas que ofrecen equipamiento en Buenos Aires.

¿Qué es la integración sensorial?

La integración sensorial es un proceso complejo que permite a una persona tomar, organizar e interpretar información que recibe de su cuerpo y del mundo externo. Este proceso neurobiológico innato permite al cerebro integrar e interpretar estímulos sensoriales.
Toda la información que nos llega del ambiente la recibimos a través de nuestros sentidos sensoriales. Por ejemplo, para saber si la sopa esta fría o caliente, si nos duele la picadura de una abeja y también cosas como dónde están nuestros brazos y piernas y cómo acomodar nuestro cuerpo para sentarnos en una silla. Estos procesos sensoriales ocurren dentro del sistema nervioso a un nivel inconsciente. Si bien conocemos los sentidos del gusto, olfato, tacto, visión y audición, muchos de nosotros desconocemos otras experiencias sensoriales que nuestro sistema nervioso también recibe e integra tales como el sentido del movimiento, la percepción corporal, y la fuerza gravitacional. El eficiente uso de información sensorial nos permite funcionar de una manera armónica y organizada en nuestra vida diaria.
La mayoría de las personas naturalmente obtienen de sus experiencias diarias una adecuada "dieta sensorial" que nutre su sistema nervioso y les permite crear circuitos saludables. Los niños obtienen "alimento" para su cerebro, de experiencias cotidianas como hamacarse, trepar, amasar plastilina o jugar con arena. Sin embargo, aquellos niños con "disfunciones en la integración sensorial" malinterpretan los estímulos sensoriales que le llegan a través de sus sistemas sensoriales y a menudo reaccionan en forma desmedida o inadecuada.
La teoría general de integración sensorial fue desarrollada por la Dra. Jean Ayres, de los Estados Unidos, quien después de obtener su licenciatura en Terapia Ocupacional y un doctorado en Psicología Educacional de la Universidad del Sur de California, comenzó trabajos de post-grado en el Instituto de Investigación Cerebral de la Universidad de California en Los Ángeles. Allí ella comenzó a formular su teoría de disfunción en integración sensorial, entre los años 1960 y 1970. Previo al hito marcado por el trabajo de investigación de la Dra. Ayres los niños que tenían disfunciones en integración sensorial sufrían de una disfunción que era malentendida y malinterpretada. A través de su investigación la Dra. Ayres logró descubrir que estos niños tenían un desorden neuronal que resultaba en una organización ineficiente de la recepción sensorial captada por el sistema nervioso. Ella desarrolló herramientas diagnósticas para identificar este desorden y propuso un acercamiento terapéutico que transformó a la Terapia Ocupacional pediátrica. En el año 1977 la Dra. Ayres abre su clínica en el sur de California, para la evaluación y tratamiento específico de estos niños así como para el entrenamiento de profesionales.
La integración sensorial se centra primariamente en tres sentidos básicos: táctil, vestibular y propioceptivo. Estos tres sistemas empiezan a funcionar muy temprano en la vida incluso antes del nacimiento y continúan desarrollándose a medida que la persona madura e interactúa con su medio ambiente. Por ejemplo el sistema vestibular es uno de los primeros en desarrollarse y alcanza su madurez alrededor de las 28 semanas de gestación. Estos sentidos básicos están íntimamente conectados entre ellos y forman conexiones con otros sistemas del cerebro. A pesar de que estamos menos familiarizados con estos tres sistemas sensoriales que con la visión y la audición, estos son críticos para nuestra supervivencia y nuestro desarrollo armónico. La interrelación entre sentidos es compleja, pero básicamente nos permiten experimentar, interpretar y responder a diferentes estímulos del medio ambiente, de manera de interpretar una situación en forma correcta y poder emitir una repuesta apropiada.
En general la disfunción dentro de estos tres sistemas se manifiesta de muchas maneras. Un niño puede tener una respuesta hiper o hipo-sensitiva al input sensorial. El nivel de actividad puede ser inusualmente alto o bajo, un niño puede estar en movimiento constante o fatigarse fácilmente. Además, algunos niños pueden fluctuar entre estos extremos. En general, el niño tiene dificultades en el "filtrado" de la información que le llega de sus sentidos, para decidir a qué responder y qué estímulos ignorar y por lo tanto aparece desorganizado y fuera de sincronía con su medio ambiente. Los problemas en la coordinación motora gruesa y/o fina también son comunes cuando estos tres sistemas son disfuncionales y pueden observarse retrasos en el habla, el lenguaje y un bajo rendimiento escolar. En cuanto a la conducta, el niño puede tornarse impulsivo, distraerse fácilmente y mostrar una falta general de planeamiento en su conducta. Algunos niños pueden tener también dificultades para ajustarse a situaciones nuevas y pueden reaccionar con frustración, agresión, retraimiento o en forma estereotipada.
La evaluación y tratamiento de las disfunciones de integración sensoriales son realizados por una Terapista Ocupacional entrenada específicamente en este campo. Los objetivos generales del terapista son:
1) Proveer al niño con información sensorial que lo ayude a organizar su sistema nervioso central.
2) Asistir al niño a inhibir o modular la información sensorial.
3) Asistir al niño a procesar una respuesta al estímulo sensorial más organizada.
Cuando el tratamiento de integración sensorial es exitoso, la persona es capaz de procesar información sensorial compleja en una forma más efectiva. El mejoramiento se observa en una respuesta motora más coordinada y eficiente y una adecuada respuesta a experiencias sensoriales que antes provocaban una reacción desmesurada o ineficiente. Por ejemplo ahora el niño será capaz de tolerar que le corten el pelo o las uñas, sin llorar y/o replegarse aterrorizado. O podrá disfrutar de que le canten la canción del feliz cumpleaños sin taparse los oídos o parecer molesto y perturbado. Estos niños también podrán demostrar progresos en el desarrollo del lenguaje y en la escuela. Además se observará respuestas más apropiadas en relación al medio ambiente y esto llevará a un mejor ajuste emocional y a un incremento de las habilidades sociales y personales y/o mejoramiento de la confianza en sí mismo. Teóricamente cuando el sistema nervioso de una persona comienza a funcionar eficientemente, el individuo aparece mejor organizado y más seguro de sí mismo porque puede ahora interpretar al mundo externo apropiadamente y con exactitud.
(Extracto de Autor: Ma. Rosa Nico, TO)